martes, 30 de julio de 2013

IMPUESTO A LA EXPORATACION DE SOJA


30 DE JULIO DE 2013


LOS LECTORES OPINAN












Impuesto a la soja
La política impositiva responde sobre todo a un contexto económico, jurídico y social. No podemos desconocer las implicancias que tienen los regímenes impositivos, pero sobre todo el Estado busca un rendimiento fiscal interesante para solventar los gastos públicos. Conforme a las ideas dominantes de cada gobierno, los fines que persigue el Estado siempre estarán impregnados de la ideología de los hombres que tienen el turno en el timón de la República.
Pero la política impositiva debe conciliar las estrategias más posibles dentro de una realidad, todos sabemos que la corrupción no solo afecta al sector público, también al sector privado. Suena muy bien hablar de impuesto a las ganancias o las rentas que pueda generar la soja, inclusive conlleva un ínsito atisbo de justicia impositiva, pero en esta realidad que nos movemos están las grandes empresas que se exportan a sí mismas, los expertos para maquillar contablemente que estas empresas no ganan o que sufren pérdidas, entonces la pretensión de un impuesto personal se diluye en ese océano de intrincados cálculos de ingeniería financiera para pagar lo menos posible, justificando gastos inexistentes. Con ellos el Estado estaría fomentando la corrupción privada. Además debemos tener presente que el nivel de organización en América Latina de los organismos administrativos no está en condiciones de controlar los más modernos e ingeniosos programas informáticos destinados a evadir los tributos.
El impuesto a la exportación de soja es un impuesto muy difícil de evadir por su sencillez en la determinación tributaria y de mucho rendimiento fiscal, por eso nuestros vecinos lo aplican hace décadas, aquí la élite sojera con mucho poder sigue negociando con los políticos, que solo defienden sus propios intereses. Si el Estado en realidad tiene necesidad de recaudar, no tiene otra opción.
Luis A. Traversi

martes, 23 de julio de 2013

22 DE JULIO DE 2013


LOS LECTORES OPINAN

/ ABC Color
El impuesto a la soja
El impuesto a la exportación a la soja en el Paraguay cumple con un principio de equidad impositiva con relación a los consumidores que pagan los impuestos indirectos en este país, además afecta a una región rica y que aporta poco al fisco a pesar del impacto ambiental negativo que produce este cultivo, es un poco de retribución por el daño ecológico irreversible que están causando.
Lo más correcto es que se limite solamente a la soja y se excluya los otros productos, por no tener las mismas condiciones de competitividad que la soja en el mercado internacional.
También cumple con el principio de neutralidad porque no va a afectar la oferta ni la demanda de productos en nuestro país, no es como un incremento en el combustible que afecta a todos. Encontrar un impuesto que tenga esta característica se adecua a los más modernos principios de la imposición como las citadas por Samuelson: la regla del impuesto de Ramsey dice que lo ideal es gravar los productos y factores cuya oferta como la demanda sean inelásticas, no porque existe un impuesto hasta este monto se dejará de plantar soja, ni dejará de ser consumido por el mercado internacional, que lo que más necesita es alimento.
Nuevos impuestos en el consumo sí afectarán el mercado porque en este momento el poder adquisitivo de la población fuera de la región sojera ha disminuido, y se están gestando nuevos impuesto indirectos y nuevos gastos obligatorios como el seguro, tanto de vehículos como de motos, que afectará sus ingresos al consumo personal y al sector privado.
¿Quién financia los gastos públicos? En el Paraguay gran parte los consumidores pobres o ricos, sin darse cuenta, se despluma a la gallina o el pobre pueblo sin que grite, hoy con este impuesto se va a hacer una justicia tributaria, porque estos sojeros tenían un privilegio y ya es tiempo de cumplir con el principio de igualdad y capacidad contributiva; lo importante es que la recaudación sea distribuida también con justicia.
Luis A. Traversi