domingo, 8 de diciembre de 2013

IMPUESTO A LA SOJA

07 DE DICIEMBRE DE 2013

 

LOS LECTORES OPINAN

/ ABC Color

Indignarse
Los indignados amarillos cerraron filas detrás de la cortina de humo lanzada desde el Ejecutivo para ocultar su ineficiencia. Con eso no quiero defender a los 23 senadores. Pero quiero ver a los verdaderos indignados detrás de causas justas y que beneficien al pueblo, quiero verlos escrachar a los 12 senadores que apoyan al presidente Cartes para evitar el impuesto a la soja. Quiero también que escrachen a Horacio Cartes por priorizar a sus amigos empresarios que se niegan a compartir sus ganancias.
Están obligados ellos porque son los más beneficiados con la infraestructura, los que usan las rutas para sus grandes camiones, son los más beneficiados por la estructura de la Policía y las Fuerzas Armadas, porque tienen grandes intereses. Los sojeros son los beneficiarios de los grandes servicios financieros, portuarios, aduaneros, y sobre todo del precio del combustible.
¿Dónde están esos indignados? Están callados ¿Fueron contratados o son reales luchadores por la libertad y bienestar de los pueblos? Y los gbispos ¿no ven esa gran inequidad social? Aquí tenemos un rubro que debe ser destinado a la redistribución de lo ganado (acumulado) para mostrar, por lo menos, la intención de apoyar las causas que beneficien a la ciudadanía. Son setecientos millones de dólares que deben ser redistribuidos por medio de los gastos públicos.
Estas son causas reales y valederas por las que tenemos que luchar. Imagínense los beneficios adicionales para todos los departamentos: no menos de US$ 40.000.000 para cada uno. Eso significa más remedios para hospitales, más beneficios para mujeres, pobres, niños.
En un país donde los ricos son cada año más ricos y los pobres cada día más pobres, no hay ningún argumento que valga. El impuesto no va a afectar la producción ni los precios de los productos, no va causar inflación, solamente se le va a sacar una migaja de los ricos, nada más.
Quiero ver a los indignados por las calles, pero no vendrán. Pero ese pueblo que siempre está en la defensa de la patria, en guerras y revoluciones, ese campesino paraguayo, quizás muestre a los paraguayos su vocación de lucha.
Luis A. Traversi