El concepto de protección social, recién desarrollado en Paraguay por medio del programa estrella, las transferencias condicionadas, merece toda la consideración que debe tener. Debemos comprender que las prioridades deben ser respetadas. Este es un programa prioritario establecido como política de Estado para conseguir las Metas del Milenio de disminución de la pobreza.
La protección social es buen negocio no solo para los pobres, sino también para la clase media y los empresarios, porque genera un movimiento económico, es una herramienta financiera moderna para mejorar el empleo, dinamizar la economía, porque cuando se les da plata a los muy pobres, estos consumen, es decir, gastan. Cuando los subsidios se les da a los más ricos, a los sojeros, o disminución de impuesto a los ricos, no tiene efecto en el consumo, pero cuando se da a los pobres, produce un efecto en cadena hacia todos lados, genera empleos por la mayor demanda de productos y servicios.
La actitud asumida por algunos miembros del Parlamento es sumamente grave, al no priorizar lo prioritario. Los pobres no pueden esperar. También la economía pide más dinamismo en el consumo, pero todo quedó obstaculizado porque supuestamente se va a politizar el programa. Lógico que se politice si el gobierno es político; no es un poder imparcial. Recibió por medio de las elecciones legitimación para implementar justamente sus programas políticos. Absurdo es lo que se argumenta. Aquí la única preocupación es que este programa no les toca en el turno de su partido, pero eso es parte de la democracia. Así no se puede construir, y necesitamos urgentemente avanzar. Somos condenados al fracaso por nuestros representantes. Ya les tocará el turno. Mientras tanto, permitan que avancemos, señores parlamentarios.
Luis A. Traversi
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